El 11 de febrero de 2012 fue un día inolvidable para los triestinos y para los residentes en Trieste, pero también los días antes y después no fueron de menos.
La temperatura era de 7 grados bajo cero, pero con la presencia del viento la sensación en el cuerpo era de14 grados bajo cero.
Había hielo y soplaba la Bora. La Bora es el viento que sopla en Trieste y ese día soplaba a más de 200 kilómetros por hora, para decirte que los huracanes a los triestinos les hacen cosquillas. Pero se cayó un camion.
En Trieste las casas se construyen bien y no se caen y el invierno es de verdad muy duro. Tal vez en todos aquellos lugares donde hay huracanes (que tienen menos poder de la Bora) deberían comenzar a construir viviendas dignas, como las que tienen los triestinos que han sido construidas durante el Imperio Austro-Húngaro.
En resumen, se caen los camiones, pero las casas no se caen y ni siquiera los techos que están bien hechos y con las tejas bien pegadas.
En resumen, se caen los camiones, pero las casas no se caen y ni siquiera los techos que están bien hechos y con las tejas bien pegadas.
Pero tranquilo que en Trieste no todos los inviernos son así, ese día fue de veras una excepción.
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